Querida Monterrey, tan orgullosa de sí misma que le ciega la vista ante su propia destrucción anunciada.
En días pasados Zertuche publicó una columna “Una utopía regia” donde cuestiona con humor y sarcasmo a la clase empresarial frente a un escenario apocalíptico que día con día parece confirmarse en Monterrey: altas tasas de contaminación del aire provocadas entre cosas por el uso incontrolado de autos particulares y una construcción inmobiliaria desenfrenada. Una combinación, que igual que en todo el mundo sólo puede llegar a peor si no se cambia el rumbo de esta muerte anunciada.
Al buscar “contaminación en Monterrey” en google arroja 503,000 entradas en general, en la sección noticias pasa a 39,400 entradas y 9,670 desde enero de este año. Organizaciones civiles, ONG, colectivos ciudadanos, movimientos internacionales se levantan para exigir medidas para poner un alto. Las jóvenes generaciones se organizan, inspiradas por Greta Thunberg. En Europa, se han multiplicado las marchas de jóvenes para defender el mundo de mañana, para alertar sobre la situación insostenible entre el modelo productivo y consumista actual y la posibilidad de proyectar un futuro alentador en medio de predicciones siempre más aterradoras sobre las consecuencias y efectos del Cambio Climático. Así nace “Yo respiro Monterrey”, movimiento liderado por niños y niñas que buscan concientizar a los adultos y tomadores de decisiones sobre la situación que se vive en Monterrey.
Los foros, seminarios y otros encuentros sobre la ciudad se han multiplicado durante los últimos 5 años. Próximamente Monterrey va a ser sede del 2º Congreso Internacional sobre Parques Urbanos, en una ciudad que carece de espacios públicos si se le compara con las normas internacionales que recomiendan un mínimo de 9 metros cuadrados por habitantes, el área conurbada de Monterrey presenta un déficit de 63%[1] , ¡es el colmo!
Hace algunos meses, en enero 2019, el periódico El Norte organizó un Foro “Calidad de Vida: visiones para un mejor Monterrey” donde intervinieron especialistas arquitectos, urbanistas todos insistiendo sobre las necesidades de cuidar y ordenar el desarrollo urbano. Las principales universidades de la ciudad no se quedan atrás, preocupadas por la situación de la ciudad, de la calidad de vida y del aire que se respira en ella, organizan también debates y foros. Cuando no es que intervienen directamente sobre su entorno más cercano como es el caso del Distrito Tec.
Y mientras tanto, se multiplican las construcciones nuevas, los edificios compiten entre sí para saber cuál será el más alto, el que más pisos de estacionamiento ofrecerá. La publicidad de estos edificios vende un estilo de vida, todo a la mano: ¡comercio, gimnasio y estacionamiento!
Los planes de construcciones se multiplican, la inversión inmobiliaria se ha convertido en la nueva fuente de ganancia y acumulación, el nuevo oro. Se proyectan más y más construcciones de edificios, en el centro de la ciudad “brotan” cada día nuevos edificios sin que se pueda entender cómo es que todos estos futuros departamentos se vayan a ocupar. No existe ningún plan, por lo menos público, que permita entender la lógica urbanística de esta nueva ciudad en construcción, más allá de la de los intereses económicos inmediatos como lo anuncian los propios desarrolladores: “Invierte en la mejor ubicación con garantía de éxito”.
La densidad urbana, que en gran parte fue la justificación para liberar la construcción vertical en el área metropolitana, funciona en otras ciudades siempre y cuando esté acompañada de un plan urbanístico de movilidades, de uso razonado de recursos naturales, de impacto social y económico. Es decir, repensar las formas de movilidad, pasando –ineludiblemente- de un transporte individual a otro colectivo y público, favoreciendo formas alternas de movilidad (bicicletas, peatonales) limitando los desplazamientos buscando acercar los espacios de vida y de trabajo, etcétera.
Al igual que Zertuche, sueño con “El acuerdo de San Carlos” en el cual los líderes empresariales, la élite de esta ciudad que han formado/explotado sus antepasados y de las cual se sienten tan orgullosos, sean capaces de dejar algo de sus fortunas acumuladas haciendo a un lado su avidez para asegurar la permanencia de Monterrey y no su destrucción anunciada.
6 de mayo de 2019
[1] Antonio Hernández (2018) «Estimaciones sobre áreas verdes en la zona conurbada de Monterrey»
** Imágenes tomadas de internet
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