La reconstrucción social de México es la gran prioridad debido a la acelerada degradación social y ambiental que se ha experimentado en los últimos años. En el orden social mexicano en el último cuarto de siglo, a decir de Sergio Zermeño, los rasgos más sobresalientes han sido la creciente inequidad en la distribución de recursos entre la población, la desigualdad de oportunidades, la injusticia y depredación salvaje de la naturaleza (2010: 24).
En este orden social subsisten dos países. El México profundo al que hace referencia Bonfil Batalla y el México Roto producto de las migraciones a las ciudades: este México es el 90 por ciento de la población que habita en las grandes metrópolis. En éstas la destrucción de lo social se ha acelerado exponencialmente debido a la concentración de renta y poder que ha derivado en pobreza y exclusión (Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, ONU, 2004).
Incidir para mejorar la calidad de vida en el México Roto resulta una tarea bastante complicada. En principio debido a que los actores marginales están destrozados: “porque en el medio pobre, marginal latinoamericano, encontramos de todo: valores y actitudes comunitarias, delincuenciales, anómicas, populistas, consumistas-integracionistas, añoranzas de pertenencia a una clase proletaria” (Zermeño, 2010: 30). De ahí la imposibilidad de apelar al actor marginal para generar el cambio, tal como lo sugiere el sociólogo peruano Matos Mar (1986).
Este México Roto se debe también, a decir de Ariel Rodríguez (2017), al abandono del territorio por parte del Estado: a la retracción de los aparatos del gobierno que tenían injerencia en el diagnóstico, administración y ejecución de políticas públicas sobre el terreno. En tiempos no tan pasados, nos recuerda Ariel, existía un andamiaje para conocer y evaluar el pulso de la sociedad, llámese Conasupo o Coplamar, el extensionismo agrario o las brigadas culturales.

Los mejores logros para enfrentar la destrucción social y ambiental han tendido lugar en el México Profundo (Bonfil Batalla dixit), en las comunidades rurales e indígenas en donde se han canalizado energías sociales (institucionales y no institucionales) para sacarlas de la pobreza y el atraso. En estas comunidades han podido florecer alternativas ejemplares como los Caracoles en las cañadas tojolabales chiapanecas y los proyectos del Buen Vivir en las regiones indígenas bolivianas. Sin embargo, estos éxitos sociales, económicos y ambientales han sido posibles por la permanencia de un fuerte tejido social comunitario; son proyectos viables por la existencia de comunidades históricamente construidas. Pero solamente representan un 10 por ciento de la población, es el México profundo.
Las alternativas filozapatistas enfrentan grandes obstáculos en el México Roto, en el México dónde habitan 7 de cada 10 mexicanos. Por lo que el gran reto que tienen diferentes actores sociales, incluidas las Universidades, es generar alternativas de reconstrucción de lo social para el México Roto, que se caracteriza, como ya mencionamos, por la polarizada concentración de renta y de poder que generan pobreza y exclusión, contribuyendo a la depredación del ambiente y aceleran los procesos migratorios y de urbanización, la segregación social y espacial, y la privatización de los bienes comunes y del espacio público.
Es urgente atender a este México Roto, ya que, a decir de Ariel Rodríguez, está derivando en un malestar de la cultura democrática que asfixia la democracia mexicana. Las elecciones recientes en el estado de México son ejemplo de este malestar: sectores marginales dispuestos a vender su voto por dos mil pesos, una tarjeta rosa, láminas y tinacos.
19 de junio de 2017
Bibliografía
-Mar, Matos (1986). Desborde popular y crisis del Estado. El nuevo rostro del Perú en la década de 1980 Estudios Sociológicos Vol. 4, No. 11 (Mayo – Agosto), pp. 345-347.
-Rodríguez, Ariel (2017). Transición democrática: economía política de un fracaso (http://horizontal.mx/transicion-democratica-economia-politica-de-un fracaso/#sthash.v7ZcDLUA.dpuf)
-Zermeño, Sergio (2009). Reconstruir a México en el siglo XXI, Océano, México.
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