Qué está pasando en México? / por Efrén Sandoval Hernández

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¿Por qué está pasando todo esto en México? Se supondría que la pregunta es tan amplia que por lo mismo sería poco útil. Pero resulta que es coherente con la profundidad de los hechos. Es tiempo de respuestas largas, y si el “frío materialismo objetivo” y positivista no ha hecho más que reivindicarse como la explicación natural de las cosas (Harvey, 2010)[1] convirtiéndose en parte del orden de esas mismas cosas, entonces habríamos de liberar a la perspectiva materialista histórica de ciertos dogmas políticos y pensar los eventos de los últimos tiempos como el signo de una transformación que compromete de manera dramática nuestras vidas.

Lo que acontece es una cuestión histórica en el sentido diacrónico y materialista. Es parte de un proceso largo el cual ha tornado a condiciones inéditas o tal vez consumadas; que tiene formas concretas de funcionamiento y es resultante de tensiones de distinto orden que se manifiestan en drásticos cambios en las relaciones sociales. Desde la perspectiva materialista histórica, estas tensiones estarían determinadas por el modo de producción capitalista. Lo aceptable sería decir que no, que el modo de producción no es ni la única explicación ni es determinante, que aceptarlo sería dejarse llevar por ideologías, pero a fuerza de observar la realidad, pretender que por no ser la única explicación habríamos de negar su trascendencia, más que ser pretendidamente objetivo o políticamente correcto, sería cínico.

Asistimos al proceso de expansión e invasión de un modo de producción que transforma las relaciones sociales (Polany, 1975)[2] hasta llegar al predominio de principios económicos mercantilistas como organizadores de la sociedad, y a la institucionalización de la ganancia mercantil por sobre el derecho, la propiedad de la tierra, el trabajo o el parentesco. El sistema económico es controlado por los mercados. El Estado está reducido al papel de vigilar que los ingresos solo se generen en el mercado, pasando así de ser una “estructura tributaria” que extraía excedentes “por medios no económicos” a una que apoya la comercialización de dichos excedentes por los mercaderes (Wolf, 1987).[3] Así, la sociedad “se convierte en un accesorio del sistema económico” (Polany, 1975), y este es un cambio violento e invasivo.

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Fuente: Centrodeperiodicos                        Portada: Contrainfo

Por tanto, la actual realidad de violencia y autoritarismo se explica por la imposición violenta y procesual de un orden capitalista neoliberal que ha mercantilizado las relaciones humanas a grados antes no vistos. Este proceso se sirve de un Estado que se supedita a tal grado que termina por ser suplantado por el mismo sistema de mercado. Si el surgimiento del capitalismo tuvo que ver con la transformación del trabajo, del proceso de producción a través de la máquina, de la conversión de la tierra y el dinero en mercancías y el sometimiento de otras instituciones a la economía mercantilista, el neoliberalismo es su forma más acabada justamente no solo por someter sino por incluso suplantar al Estado.

De acuerdo con David Harvey, en la ideología neoliberal el mercado libre es una moralidad que guía toda acción humana y remplaza todas las convicciones morales defendidas hasta ahora. En esa moralidad se considera que el bien social es maximizado si se optimiza la frecuencia y la extensión de los intercambios comerciales. Para que la ideología y la economía neoliberal sean hegemónicas en una sociedad, es necesario un Estado que tenga como principal función mantener un marco institucional propicio para la práctica de la propiedad privada y el libre mercado, garantizar la solidez de la moneda, y establecer las estructuras y poderes jurídicos y militares, “para defender la propiedad privada y garantizar, si es necesario por la fuerza, el buen funcionamiento del mercado” (Harvey, 2014).[4]

Lo anterior se basa, dice Hibou (2015)[5], en el seguimiento y disciplinamiento de una población cuya capacidad colectiva es reducida al máximo. Al mismo tiempo que mercantiliza todo, ese Estado desaparece o asesina a civiles sometidos, deja impune el asesinato de activistas y periodistas, y elabora estrategias que incrementan la violencia ilegítima para justificar el aumento de la violencia legítima.

22 de mayo de 2017

 

[1] Harvey, David. 2010, Géographie et capital. Vers un matérialisme historico-géographique. Paris: Editions Syllepse.
[2] Polany, Karl. 1975. La gran transformación. Los orígenes políticos y económicos de nuestro tiempo. México: Juan Pablos Editor.
[3] Wolf, Erik. 1987, Europa y la gente sin historia. México: Fondo de Cultura Económica.
[4] Harvey, David. 2014, Brève histoire du néolibéralisme. Paris: Les Prairies Ordinaires.
[5] Hibou, Beatrice. 2015, “El delito económico y los modos neoliberales de gobierno: el ejemplo de la región mediterránea”. Revista Colombiana de Antropología, vol. 51, no. 1: 161–189.

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