Palabras post 8M-23. Escribir con el cuerpo al Son de la batucada / Luz Verónica Gallegos Cantú

Como en años anteriores, miles de mujeres vivimos de diferente manera la marcha del 8M en los espacios y calles que rodean el Palacio de Gobierno del Estado de Nuevo León. Días antes a la conmemoración del Día internacional de las mujeres, ya observábamos en las redes sociales voces contrapuntísticas que, en torno al llamado para manifestarnos en el centro de Monterrey, se posicionaban respecto a la convocatoria hecha por la Asamblea Feminista N.L. Con la certeza de que el feminismo es un movimiento emancipador y por lo tanto complejo en su construcción y expresiones, desde ese grupo de colectivas se nos invitó a una marcha pacífica.  Ante la magnitud de la participación de más de 40 mil mujeres motivadas por experiencias y expresiones diversas, toda convocatoria fue impresionantemente rebasada; esos lagos y ríos de mujeres que nos congregamos son la clara evidencia de que en esta ciudad la manifestación y la toma de las calles, después de décadas de convocatorias poco escuchadas, ya son parte de nuestra cultura.   

Aunque podría hablar de varias vivencias que incluyen mi creciente admiración hacia quienes tienen años de experiencia en la organización de estas convocatorias que no se remiten solamente a marchas anuales, sino a la lucha cotidiana en defensa de los derechos humanos de las mujeres, en este escrito haré referencia a un grupo particular que, desde 2018, ha puesto cuerpo, voz y corazón en la lucha por un mundo donde quepan muchos mundos. Me refiero al ensamble de la batucada Son combativas.

La necesidad de desanudar las emociones es lo que me mueve a escribir este texto, partiendo de la idea de que “no soy un intelectual, escribo con el cuerpo, y lo que escribo es una niebla húmeda”[1]. ¿Hay otra forma de enunciación cuando la intención es traducir en palabras el desasosiego post 8M-23?

En la explanada antes de salir a la marcha en Monterrey. Foto: Libertad Chavez

Después de enterarme de lo que se estaba viviendo en otros contingentes de la marcha (agresiones, bloqueos) y haber visto de cerca la violencia policial, me cuestioné el disfrute del ritmo de los tambores que habíamos vivido unas horas antes quienes conformamos la batucada durante la jornada. En ese momento y los días posteriores, me pregunté si el ambiente festivo era el mejor medio para manifestarse en la conmemoración del 8 de marzo. La reacción dubitativa tuvo que ver con la culpa aprendida a través de la tradición judeocristiana del contexto en el que crecí, por supuesto. Hubo que sacar la caja de herramientas que me permitiera analizar el sentido y la validez de una expresión como ésta en medio de la lucha contra las opresiones que vivimos cotidianamente las mujeres.

Son combativas se originó a partir de la iniciativa de un grupo de mujeres organizadas que consideraron que, para la marcha del 8M-18, era posible constituir un espacio generador de potentes sonidos que acompañaran las consignas durante la manifestación. Y así fue, desde ese año iniciaron los ensayos con percusiones que incluyeron botes y tambores. El sonido de sus instrumentos trasciende el 8M, ya que han estado presentes en manifestaciones del Día de Acción Mundial y Solidaridad Feminista 24ª, el Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro 28S, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres 25N y la Marcha del Día del Trabajo 1º de mayo. Además, han participado en eventos como el Primer Encuentro del Noreste de Mujeres que Luchan, la Marcha de la Diversidad, el Pañuelazo, el Festival Político Cultural por la Vida, la Paz y la Justicia, Golpe y voz, y la Pega masiva de fichas de personas desaparecidas en espacios públicos. Durante estos cinco años, se han mantenido a partir de la voluntad y la autogestión.

8 de marzo de 2023 en Monterrey. Foto de Carolina Díaz de Posta

A decir de una de sus fundadoras, la amabilidad ha sido la piedra angular en sus relaciones desde que se conformaron como la batucada. La inducción por parte de quienes tienen más tiempo en el agrupamiento es breve y sencilla; consiste en transmitir que se trata de una colectiva antipatriarcal,  anticapitalista, antiextractivista, apartidista y transincluyente. También advierten que no hay líderes o capitanas, sino que reconocen que todas estamos en posibilidad de aportar durante los ensayos: lo más importante es mirarnos y escucharnos unas a otras.

Son combativas es un ejemplo de renovación constante, puesto que han pasado por sus filas compañeras que han dejado ahí su experiencia y creatividad, así como el aprendizaje de prácticas de organización horizontal que acuerpan a quienes se unen a la agrupación, como fue el caso de quienes atendimos a la primera convocatoria que hicieron a través de sus redes sociales, este año.

La feminista comunitaria nicaragüense Lorena Cabnal describe el acuerpamiento como la acción personal y colectiva de los cuerpos indignados, que alude a la provisión de la energía política que permite resistir y actuar contra las múltiples opresiones que vivimos cotidianamente[2]. Es desde esta noción que encuentro el medio para desanudar los hilos de mi garganta y validar el goce de la algarabía vivida en la marcha del 8M-23.

 El disfrute de la música gestada por el impacto de las baquetas en las resonantes cajas acústicas es la mera exteriorización de lo que sucede en ese espacio. La articulación de nuestras voces y sonidos tiene que ver con lo que se ha conformado de manera orgánica a través de procesos de comunicación que se propagan desde la misma energía que los gestó: la necesidad de expresar, a través de la creatividad musical, lo mismo que las miles de mujeres congregadas gritan en consignas y carteles. Los sonidos son energía en sí mismos, sí, pero generados desde el movimiento provocado por cuerpos que se revelan ante las violencias que vivimos cotidianamente las mujeres, son la energía política a la que se refiere Cabnal.

Cartel de promoción de la batucada Son combativas.

La transformación de la ira en percusiones musicales es un acto de creación. La creación, en un mundo de obsolescencias programadas en el que se incluyen las ideas, es una acción de resistencia. El movimiento feminista es tal por su constante regeneración, lo mismo que Son combativas, a quienes agradezco la convocatoria que hicieron el pasado mes de febrero para ser parte de sus filas, porque en ellas transmiten la fuerza de sus convicciones, contribuyendo en la formación de nuevas generaciones de autoras de palabras que suenan al son de la batucada. Porque nuestras palabras, ésas que se escriben con el cuerpo, son una forma de activismo que se mantiene en la esperanza de que otro mundo es posible.

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Anotación colectiva: las integrantes de Académicxs de Monterrey 43 que participamos en la conmemoración de este 8M, nos sumamos a la denuncia contra las instancias de gobierno y policiacas por sus múltiples formas de amedrentar la marcha, y en contra de la violencia policial que con el uso de la fuerza reprimió a manifestantes y aprehendió a 16 participantes. Sabemos que todas las personas han sido liberadas gracias a la presión de familiares y de colectivas que las acompañaron. Nunca más!

14 de marzo de 2023

luz.artesana@gmail.com

** Foto de Portada: obra de Iris Serrano


[1] Clarice Lispector, La hora de la Estrella (1977).

[2] https://www.eldiario.es/desigualdadblog/acuerpamiento-orgullo_132_3304181.html

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