Científicas mexicanas: todas podemos con ciencia y sin acoso sexual en la ciencia / por Libertad Chavez-Rodriguez

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Entre las festividades de San Valentín y del Día de la Mujer en México, el 11 de Febrero, Día mundial de la mujer y la niña en la ciencia pasa un tanto desapercibido. Este día fue proclamado por la ONU en 2015 ante la brecha de género persistente en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. En términos generales, tal brecha se refiere a que las probabilidades de acceso y de permanencia de mujeres en dichas áreas es mucho menor que la de los hombres. Según la UNESCO menos de 30% de científicos en el mundo son mujeres. En México, 50% de estudiantes matriculados son mujeres, pero solo 32% corresponde a carreras científicas. Un porcentaje mucho menor realiza estudios de posgrado y uno aún menor permanece en profesiones científicas dentro o fuera de la academia.

Los esfuerzos de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por combatir esta situación y por visibilizar a las científicas mexicanas se reflejan en diversos medios, entre ellos un video que menciona en breve recorrido histórico a mujeres mexicanas destacadas en la ciencia y sus principales aportes al conocimiento científico mundial; también se resaltan las becas de investigación y estudio y los premios en reconocimiento a la labor de científicas mexicanas (ver https://youtu.be/SjsY52DKmEk). En otro video se pregunta a un grupo de niñas y mujeres adolescentes mexicanas el nombre de científicos y científicas de fama, solo pueden recordar a científicos hombres, nombres de científicas no están en su repertorio (ver https://youtu.be/vpduC76Ugfw); el imaginario social de la ciencia es masculino, aunque ciertamente el problema va más allá de una cuestión de visibilización y reconocimiento social que considero creciente desde mi perspectiva como científica social.

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Mujeres en la ciencia. Foto: Antes de Eva   Portada: Déficit de mujeres científicas. Foto: poblanerias.com

Ante la pregunta de por qué hay más hombres que mujeres científicas se suelen dar respuestas más o menos complicadas relativas a la socialización diferenciada de niños y niñas desde temprana edad, a expectativas sociales y estereotipos de género que limitan el contacto de las mujeres con las cuestiones técnicas y científicas, y a los roles de género de acuerdo al modelo predominante de división sexual del trabajo, según el cual los niños reciben educación y son formados porque se espera que realicen trabajos remunerados (productivos) y sean proveedores económicos de sus hogares, y las niñas son educadas para realizar trabajos no remunerados (denominados reproductivos) asociados a las labores domésticas, la crianza y el cuidado de otros seres humanos.

Me parece que tales respuestas, si bien son parte importante de la explicación, también son incompletas e invisibilizan al elefante blanco en las instituciones educativas, dejando fuera un tema de suma importancia para el acceso y permanencia de las mujeres en carreras científicas y su desarrollo profesional en áreas de ciencia y tecnología: el acoso sexual.

Algunos ejemplos de las diversas barreras, materiales y simbólicas, para las mujeres en todos los niveles de formación escolar, universitaria y de posgrado nos conducirán probablemente a lugares y personas conocidas. Como mi sobrina de 13 años que en su secundaria no le permitieron entrar al club de ajedrez porque solo había grupo de niños. O como comenta una de las ganadoras del Concurso de videoclip de la AMC ‘Descubramos a las Científicas Mexicanas’[1] que «el acceso al taller de electricidad le fue negado solo porque era mujer, ya que esa materia solo la tomaban los hombres» (Patiño González 2018[2]). O el caso de una conocida, estudiante de ingeniería de una universidad local, quien tras sufrir acoso sexual en repetidas ocasiones por parte de un profesor, tomó la decisión de no presentarse al examen final individual con dicho profesor, lo que le llevo a perder el semestre y finalmente a truncar su carrera.

¿Cómo aumentar la participación de las mujeres en la ciencia? ¿Qué podemos hacer? Es importante dejar de pensar que conseguir que las mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades para explorar, investigar, mancharse las manos y la ropa o de manipular herramienta, máquinas y materiales, incrementará  automáticamente la participación de las mujeres en ciencia y tecnología. Además es necesario considerar seria y consecuentemente las denuncias de una alarmante cantidad de mujeres que denuncian casos de acoso sexual en el ámbito de sus estudios de pregrado y posgrado, por ejemplo los referidos en la página Acoso en la U ( https://www.acosoenlau.com/testimonios), y a las implicaciones y consecuencias en las trayectorias profesionales de éstas (sobre todo) las potenciales científicas mexicanas. Los múltiples testimonios dan cuenta de que en las universidades neolonesas los hombres universitarios siguen considerando que pueden acceder al cuerpo de las mujeres desde posiciones de superioridad basadas en sus cargos académicos y/o administrativos, denotando claros abusos de poder.

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Universidades no acosadoras. Foto: Nosotras Colectiva

Por ello es tan decepcionante ver que los comités de ética solo emiten recomendaciones no vinculantes, y que los protocolos de prevención y denuncia del hostigamiento y acoso sexual se evidencian como inoperantes ante las decisiones de ‘no hacer nada’ por parte de las autoridades de instituciones de educación superior y de posgrado, –de dejar que pase el tiempo y con ello las fechas límite de los proyectos, las convocatorias, o bien los semestres y esas alumnas se vayan. Los acosadores siguen siendo profesores, investigadores, directivos, administrativos, miembros de comisiones de tesis, de evaluaciones internas y externas; continúan ganando su salario, detentando sus puestos de poder.

Sin embargo, numerosos ejemplos de mujeres científicas mexicanas, a pesar de todos los posibles obstáculos, nos llenan de esperanza: Sandy Carrera Altamirano, estudiante de ingeniería electrónica, desarrolló una cuchara inteligente para pacientes de Parkinson y la Dra. Elva Yadira Quiroz Rocha, científica mexicana, descubrió una prometedora bacteria que fabrica y devora plástico.

Entonces, la pregunta no es por qué hay más hombres que mujeres científicas, sino ¿por qué las carreras de las mujeres en la ciencia si son descartables y las de los hombres acosadores no?

19 de febrero de 2018

 

 

[1] Video ganador “Todas podemos con-ciencia”, realizado por Sandy Carrera Altamirano y Elizabeth López López, estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Electrónica de la BUAP.

[2] Patiño González, Dalia (9 de Febrero, 2018). Una mirada femenina de la ciencia. Agencia Informativa Conacyt.

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