Gloria Karina Oliva Ayala fue vista por última vez el 7 de enero de 2015 cuando se dirigía a su casa después de una entrevista de trabajo. Tiene 22 años y es una mujer joven en uno de los municipios más atacados por la violencia: Benito Juárez, Nuevo León. Como en otros casos, cuando la familia de Karina trató de denunciar su desaparición se topó con la negligencia y burocracia del ministerio público. A sus familiares se les pidió que esperaran 72 horas para la denuncia. Posteriormente, el Grupo de Búsqueda Inmediata (GEBI) les comunicó que esas 72 horas son cruciales y que una denuncia no necesita esperar. También tuvieron que enfrentarse a la respuesta criminalizante del ministerio público: “Está tatuada; puede que ande por ahí nada más”, justificando su ausencia aludiendo a la edad, la apariencia y al ‘estilo de vida punk’. Desde entonces, el padre de Karina insiste desgarradoramente: “Ahora Karina es parte de las estadísticas y yo soy parte de las marchas”. Pronto Karis, pronto.
Brenda Damaris González Solís desapareció el 31 de julio 2011, luego de tener un accidente de tráfico en el municipio de Santa Catarina, su última comunicación fue por teléfono con Juana Solís, su madre, para avisarle lo sucedido cuando agentes de tránsito arribaron al lugar y le pidieron cortar la llamada. Igual se le criminalizó por ser mujer, y para las autoridades encargadas la causa de su desaparición. Un año después de su desaparición forzada, la procuraduría le notificó a Juani, que se habían recuperado 116 huesos de quien podría ser su hija. En otro episodio de información confusa, estos restos le fueron entregados con instrucciones precisas: No verlos e incinerarlos. Haciendo caso omiso a tal recomendación y acompañada por FUNDENL (Fuerzas Unidas por Nuestr@s Desaparecid@s en Nuevo León), Juani buscó un peritaje independiente, logrando en 2013 que la procuraduría accediera a un proceso externo. Los restos entregados a la familia fueron exhumados hasta el 10 de septiembre de 2014. El 17 de febrero de 2015, el EPAF (Equipo Peruano de Antropología Forense) entregó los resultados del proceso externo: confirmó que los restos son de Brenda Damaris. El 20 de febrero fue sepultada nuevamente. 3 años 6 meses y 20 días duró la crónica de la desaparición y feminicidio de Brenda Damaris. Su caso, al igual que el de muchas personas víctimas de desaparición, estuvo plagado de irregularidades que siguen impunes.
Los casos de Karina y Brenda Damaris, junto con la reciente aprobación de la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) y su informe correspondiente, confirman lo que sabemos desde hace tiempo: ser mujer es un factor de riesgo en esta sociedad.

El 18 de noviembre de 2016 fue declarada la AVGM en 5 municipios del Estado de Nuevo León: Apodaca, Cadereyta, Juárez, Guadalupe y Monterrey. Pero ¿qué es y qué implica esta Alerta? La AVGM es un mecanismo de protección que se incluye en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencias. Se solicitó por primera vez en febrero de 2012 ante el crecimiento de la violencia en la entidad, luego de que en 2011 Monterrey ocupara el segundo lugar en violencia contra las mujeres después de Ciudad Juárez, Chihuahua.
La asociación civil Arthemisas por la Equidad fue la responsable de solicitar y sostener durante cinco años la lucha para la activación de la Alerta. En este tiempo, con el apoyo del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y otras aliadas, se encargó de recopilar información, armar archivos, argumentar, solicitar amparos y dar seguimiento hasta su aprobación por unanimidad el 18 de noviembre de 2016.
El feminicidio, el asesinato por razones de género, fue el motivo principal de la solicitud de la Alerta de Género en Nuevo León. Arthemisas por la Equidad reportó una cifra de 548 mujeres y niñas asesinadas de manera violenta entre 2000 y 2011. La problemática no ha disminuido: el fin de semana previo al 14 de febrero, el colectivo FeministasNL protestó públicamente denunciando que en lo que va del periodo de gobierno de Rodríguez Calderón se han registrado 106 feminicidios. Y estos son sólo de los que se tiene conocimiento.
El feminicidio es la máxima expresión de violencia contra las mujeres, llegar a él o empezar a trabajar sólo en él es ignorar toda la estructura de este sistema basado en valores patriarcales. “Nosotros no tenemos ninguna denuncia del secuestro de alguna mujer. Quizás se van con el novio. No ha habido ninguna denuncia de secuestro de alguna mujer en lo que llevamos de la administración. Puede ser problema del novio que se las lleve, sin el permiso de los papás” (Proceso, 2016). El 14 de junio de 2016, Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, pronunció estas palabras, apenas 5 meses antes de la declaratoria de la AVGM.
La AVGM es un documento vinculante entre los tres niveles de gobierno, es un recurso diseñado en 4 puntos muy claros: 1) medidas de seguridad, 2) medidas de prevención, 3) medidas de justicia y 4) visibilización de la violencia de género y mensaje de cero tolerancia. La Alerta obliga a instituciones y funcionari@s públic@s a incorporar la perspectiva de género,[1] obliga a destinar recursos económicos y humanos para prevenir, asegurar una vida libre de violencia y dar justicia a las mujeres de Nuevo León, obliga a crear programas y espacios donde como mujeres podamos acceder a todo esto, obliga a sancionar a toda institución y/o funcionari@s que no cumplan con estas condiciones. La Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres es una herramienta para el Estado porque como dice Alicia Leal, integrante de Alternativas Pacificas A.C., «las mujeres no somos personas vulnerables, somos personas vulneradas por un sistema”. El Estado es el representante de este sistema.
La violencia contra las mujeres no va a desaparecer de la noche a la mañana, lo tenemos muy claro, pero podemos exigir que nuestras autoridades cumplan con estos compromisos. Mujeres decididas y entregadas nos regalaron cinco años de trabajo para la existencia de esta Alerta, ahora nos corresponde conocerla, estudiarla, ver en cuales recomendaciones podemos participar, acompañar y hacer cumplir.
¡El compromiso por una vida libre de violencia nos toca a tod@s!
No desaparecemos, nos desaparecen.
No nos morimos, nos asesinan.
Hasta encontrarlas.
Ni una menos.
20 de febrero de 2017
* La coautora invitada es Psicóloga social y feminista.
[1] La perspectiva de género –contrario a lo que los impulsores de la defensa de la familia natural señala– no es una ideología sino el conjunto de teorías y mecanismos que se aplican en los procesos sociales a fin de valorar las implicaciones que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que se planifique y cuya finalidad es lograr la igualdad de los géneros.
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