Jóvenes, viejos y populismo / por José Luis García Valero*

9 años de exigir Verdad y Justicia. (Centro ProDH)

Escribo estas palabras como un viejo ochentón que se empeña en seguir soñando mundos mejores. De ser cierto que estamos atravesando una crisis civilizatoria, más nos valdrá ir repensándolo todo, o casi todo, sentipensando diríamos hoy, porque las categorías, palabras y certidumbres de las que solíamos echar mano para explicarnos la vida y el mundo hacen agua por todas partes y porque todavía no hemos atinado a crear herramientas adecuadas para lidiar con esta incertidumbre radical que todo lo abarca y relativiza, ni con la desbocada violencia y la oprobiosa injusticia que se ha enseñoreado de nuestro mundo. Sin palabras nuevas para decir la vida y el mundo, será preciso reconocer que será nuestra herencia “una red de agujeros”, como llorara en su tiempo el poeta mexica, tras la caída de Tenochtitlan.

Mi hijo mayor me comparte su cauteloso interés y su escamado entusiasmo ante los rollos y desplantes de Xóchitl Gálvez. Comprensible y justamente decepcionado por el sainete que nos ha recetado la clase política y que él ha presenciado, – digamos que del FOBAPROA para acá –, porque de lo sucedido antes no tiene más referencia que la historia oficial y mis apasionados y clasemedieros rollos sesentaiocheros, anti priistas, por un tiempo filo panistas; más tarde cuatroteístas y por último, reeducado por campesinos luchadores, filo zapatistas. No he sido, claro está, modelo de congruencia. Mi hijo, como tantos otros jóvenes adultos, navega la vida al tanteo, pues no hay brújula que valga.

Para los viejos que hemos seguido y sufrido a la clase política, digamos, a partir de 1968, tal vez un poco antes, para los viejos digo, que por edad o porque hemos asumido que no alcanzaremos a ver en vida cambio alguno que merezca la pena, resulta cómodo mostrarse extremistas, puristas, inconformes, perfeccionistas, pero ¿qué herencia dejaremos a los jóvenes?, ¿cuáles son las opciones reales para una clase trabajadora que apenas tiene tiempo y fuerzas para sobrevivir el día a día, otra red de agujeros?

1968, cuando la juventud creía y luchaba por cambios sociales profundos. Imagen tomada de internet.

El gran capital trasnacional, en sus fatales adecuaciones cíclicas, necesita ahora gobernantes populacheros de derecha o pseudo izquierda que ablanden al pueblo con dádivas de corto plazo mientras sus políticas públicas apuntalan un desarrollismo suicida y fortalecen al capital. Es fácil caer en el equívoco que consiste en pensar y/o creer que los gobernantes de territorios periféricos, dependientes, coloniales como México, gobiernan por y para el pueblo, cuando en realidad lo hacen al servicio e interés de la metrópoli, el imperio, el capital.

Pobreza en el campo y la ciudad lejos de desaparecer. Imagen tomada de internet.

Este breve y simplista recuento a través del tiempo, a contracorriente de lo que nos dijeron en la escuela, me permite contextualizar lo que me propongo sostener:

Dejando para otro momento las dinámicas y conflictos que vivieron los pueblos originarios antes de que los europeos invadieran sus territorios, podemos decir que en el principio fue la conquista, el coloniaje y el dominio peninsular. Los pueblos pusieron los muertos.

Después llegaron las élites criollas que a lo largo del siglo XIX adecuaron las formas de dominio colonial a los requerimientos del capitalismo naciente y lucharon entre ellas para imponer al pueblo trabajador uno u otro modelo de dominio. El pueblo, una vez más, puso los muertos.

Como el imperio y el capital siguieron experimentando sus cambios y crisis cíclicas, se requirió de nuevas adecuaciones. La lucha caudillista por el poder sucedida entre 1910 y 1929, operó los cambios necesarios que fueron bautizados como «nacionalismo revolucionario con desarrollo estabilizador». Y el pueblo trabajador, una vez más, puso los muertos.

Cuando ese modelo dejó de ser útil al imperio, llegaron los tecnócratas neoliberales a privatizarlo todo. El pueblo trabajador siguió poniendo los desaparecidos, torturados y asesinados de la guerra sucia y del narco estado.

Hoy estamos viviendo un nuevo ajuste requerido por el imperio. Nos parezca o no, la llamada 4T generó expectativas en el pueblo trabajador. Por fin, un gobierno bueno llegaba para que primero fueran los pobres. En el ocaso de su gobierno se ve muy claro que AMLO ya hizo al capital buena parte del trabajo: descolocó y desmovilizó o cooptó muchas resistencias y luchas populares, repartió dádivas para adormecer al pueblo, consolidó y, en cierta forma, relegitimó un estado fuerte que dispone de unas fuerzas armadas omnipresentes en las calles y en todos los rincones del territorio; mientras su “quinta columna”, la narco delincuencia organizada, hace el trabajo más sucio y violento para desmovilizar la protesta e imponer a lo largo y ancho del territorio, mega empresas, minas, trenes, canales, basureros tóxicos, etc. El pueblo trabajador sigue poniendo los muertos, los desaparecidos, los torturados, los desplazados, los explotados, los despojados.

Nos faltan 43 y más de 100 mil desaparecidos. Imagen tomada de internet.

En estas tierras de «primero los pobres», un trabajador manual en la industria manufacturera devenga su salario diario con sólo 24 minutos y fracción de su trabajo. Los 456 minutos restantes de la jornada de ocho horas constituyen la ganancia que se roba el patrón. De ese tamaño es la explotación en esta 4T neo manchesteriana.

La corrupción ha sido y es una realidad transversal que permanece y se perfecciona a lo largo de todos estos años, como lubricante que facilita el saqueo de bienes y la explotación del trabajador en beneficio del capital y del imperio.

No soy de los que creen que la “democracia representativa” se dirime en las urnas y a golpe de votos, las élites, los poderes fácticos han jugado y siguen jugando e imponiendo su voluntad en la penumbra, a billetazos o a balazos, por eso me parece plausible la hipótesis de un amigo historiador y politólogo que sostiene lo siguiente:

“Así, los tres grandes grupos que llevaron a la presidencia a López Obrador cuentan ahora con su candidato cada cual:
Primero, los izquierdistas marxistas de diverso origen (partidario, sindicalista, universitario) tienen a Claudia Sheinbaum (con apoyo de la comunidad israelita).
Segundo, los ex priistas juaristas y masones, de corte nacionalista, tienen en Marcelo Ebrard a su candidato favorito (con el beneplácito y apoyo de la comunidad libanesa).
En tercer lugar, los viejos priistas del sureste (de corte caciquil, como los actuales gobernadores de Chiapas, Tabasco y Veracruz) tienen a su candidato en Adán Augusto López Hernández, ex secretario de Gobernación (con el apoyo de las comunidades evangélicas, protestantes de corte pentecostal).”[1]

Según esta misma fuente, parece que Claudio X o si ustedes lo prefieren “Va por México”, representa los intereses trasnacionales agrupados en el Partido Republicano, con ellos se alinean grupos empresariales de todo el país, especialmente en Nuevo León, Jalisco y Puebla, acuerpados en COPARMEX. Se trata pues de un empresariado notablemente conservador o derechista, que acaba de destapar a Xóchitl Gálvez, respaldan al PRIANRD, intenten o no desmarcarse de ellos. A la burguesía no le conviene fraccionarse más y lo sabe.

¿Qué nuevas adecuaciones necesita el Imperio (el FMI, el mercado global, o como quieran llamarlo) y cómo las impondrá? Lo de menos es quién gobernará. Llegue quien llegue en 2024, lo hará a su manera pero no podrá salirse del corral que le imponen los intereses del Imperio. La burguesía local, unida o fragmentada, seguirá pujando por espacios y regateando sus apoyos a uno u otro, en el casino del poder. El pueblo trabajador seguirá poniendo los muertos por hambre o por bala.

¿Hasta cuándo? Imagen tomada de internet.

Por lo que alcanzo a ver, conversando con mis hijos (42, 45 y 47 años), los jóvenes quieren, esperan, necesitan, tienen derecho a abrigar esperanzas tangibles, de corto y mediano plazos. Con toda razón anhelan cambios esperanzadores dentro de su propio horizonte existencial, digamos 10, 15, 25 años. No quieren ni pueden esperar a que el Mañana que canta les haga justicia, digo en caso de que llegue a amanecer, los viejos no tenemos ningún derecho a esperarlo de ellos.

También viven esperando respuestas eficaces las y los compas que exigen justicia y reparación del daño sin admitir dilaciones porque han sido y son víctimas de las “fuerzas del orden” y de su quinta columna criminal y organizada, en forma de asesinatos, torturas, levantones, desplazamientos o desapariciones forzadas, saqueos, despojos, impune violencia callejera, tráfico de personas, órganos, drogas y armas. Estos hermanos nuestros tampoco pueden esperar a que amanezca. ¿Qué hacer, qué decirles en medio de esta noche sin fin?

Frente a la mascarada que nos recetan un día sí y el otro también, Andrés Manuel, las corcholatas, y algunos otros, ¿podemos permanecer impasibles y mudos? La rabia no basta.

¿Servirá de algo mirar de soslayo sus ilusiones mientras les vemos y escuchamos enganchados,  gastando horas, neuronas, bilis y saliva tratando de desentrañar las tripas de este grotesco y banal circo mediático?

No se trata, creo yo, de sembrar desánimo; sino de vivir con los ojos, la mente y el corazón abiertos para imaginar, encontrar, construir nuevas palabras, nuevas categorías, nuevas estrategias de lucha que abran puertas a la esperanza.

Mujeres zapatistas cosechando en su hortaliza comunitaria.

Pregunto a los probables lectores con ánimo de provocar una reflexión sobre las expectativas de las víctimas del sistema y de los jóvenes. Unas y otros tienen derecho a la esperanza, aunque los viejos la hayamos perdido en el camino.

El ring está montado. Mientras tecnócratas y populistas de toda laya continúan plantando paraísos ilusorios, nos corresponde sembrar, construir, cultivar esperanzas. ¿Cómo sembrarla en una tierra que ha sido fertilizada para la ilusión? La verdadera lucha por la justicia no es electoral, puesto que no se trata de elegir nuevo capataz, sino de deshacernos para siempre del hacendado.

5 de septiembre de 2023

jolugarcia@gmail.com


* José Luis García Valero es Licenciado en Historia por la UNAM. Desde 2006, radica en el Rancho Agroecológico El Chuzo, Municipio de General Cepeda, Coahuila. Es activista en defensa del territorio y desde 2010 es integrante de Custodios del Agua del Arroyo San Miguel y del Colectivo Sí a la Vida. Participa en el proyecto «Culturas y Territorios Pastoriles. Conocimientos memoria e identidades patrimoniales del Desierto Chihuahuense»

** Imagen de portada: Populismo y Representación, ¿Una Sombra de la Democracia?


[1]     Carlos Camacho Alfaro, Instituto Mexicano de Estudios Políticos, A.C., Boletín Periódico de Análisis Político, s/f. s/p.

Un comentario

  1. Es un texto muy bueno, fuerte y sólido; es lógico e informativo. Muy bien escrito|. Aprendí nuevas cosas. García Valero es un intelectual de mucho valor y muy valiente. Felicidades.

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