El miércoles estuvimos dentro y fuera del Congreso donde los y las diputadas votaron en contra de defender los derechos humanos, reproductivos y de libre decisión de las mujeres. La ley, en lugar de ampliar derechos de las personas, los restringió en nombre de la ignorancia, la misoginia patriarcal, el dogma religioso, como argumentos para avalar semejante retroceso civilizatorio. No sólo no les importó que las mujeres más pobres mueran en abortos clandestinos que se seguirán practicando, ni que podrán ir a la cárcel quienes decidan interrumpir su embarazo.
No obstante la violación a los derechos humanos que esto significa, la bancada del Partido del Trabajo (PT) votó a favor de la iniciativa que profundiza la criminalización a las mujeres que necesiten o decidan abortar.
30 votos a favor, incluidos los cuatro del PT y dos de Morena que suponíamos defensores o al menos conocedores de la legislación internacional en pro de los derechos de las mujeres.
En medio de este oscurantismo en Nuevo León, brilló ayer la creciente, viva y rebelde manifestación contracultural de las decenas de jóvenes feministas que dejaron patente de que este estado, “sin embargo se mueve”.
Colectivo Académixcs de Monterrey 43

(Carta enviada La Jornada y no publicada. En este periódico la nota respectiva no consignó la defensa y voto a favor de los y las diputadas del PT)
** Cartón de Hernández, La Jornada del 7 de marzo de 2019
2 Comentarios