Ayotzinapa / Por Efrén Sandoval



Pasó con Tlatelolco, el halconazo y la guerra sucia.


Pasó con Aguas Blancas, las muertas de Juárez y la guardería ABC.


Pasó en tantos casos, que ya no es novedad.


La estrategia es olvido, confusión, descalificación, división y aplastar la verdad.


El caso Ayotzinapa toma rumbo


en el camino de la maldad gubernamental.


Nuevo reclamo de los padres


claman ya no sólo justicia sino mínima sensatez, honradez y honorabilidad.


El gobierno así sin partido y sin cara, actúa como tal.


Confunde, divide, usa cajas chinas y oculta la verdad.


Que los folios no existen, que se perdieron sin saber


que si quieren pasen y busquen


y si no encuentran ya su rastro


será cuestión de aceptar que esa es la nueva verdad.


Que si los presos salen libres


es porque algún cómplice ha de haber aunque no sepamos quién es.


Desde el palacio de gobierno se arenga todas las mañanas


Que hay que desconfiar de Tlachinollan, Prodh, GIEI y Encinas.


Por su parte los padres, humildes, pero seguros


batallan para ser constantes en sus protestas


cansados, pero esperanzados


Marchan y van de aquí para allá.


Pero la apuesta del gobierno en turno, como la de los anteriores


es la costumbre del olvido y del dejar pasar.


Apuesta a una sociedad que siempre avanza


pero nunca voltea para atrás.


Una que deja a su inercia a los que nunca tienen la ley a su favor.


Y así seguimos, sin culpables y sin justicia.


Sin la tranquilidad de haber superado las complicidades históricas.


En una sociedad cuya conciencia no la dejará dormir en paz.

24 de enero de 2024

esandoval@ciesas.edu.mx

Foto de portada: Cuartoscuro




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