Como por arte de magia. La larga historia de las desapariciones en México / por Ignacio Irazuzta

Algo del orden de la magia hay en una desaparición. Hacer aparecer y desaparecer, cosas e incluso personas, es virtud de magos. Quizá por eso, para quien busca y no encuentra, sea tan excepcional una desaparición forzada, tan inexplicable, tan inconcebible. Si es que somos o hemos sido modernos, es decir, ciudadanas de inspiración liberal, nuestra condición como tales es de aparición y no de desaparición. Comparecemos en el espacio público a partir de una identidad irreductible entre cuerpo y nombre que nos hace ser lo que somos y presentarnos así frente a los otros. Ese espacio público, de factura liberal, es de aparición y contrario por tanto a la desaparición. La desaparición es una operación represiva consistente en la eliminación de pruebas de la existencia de un individuo, como por arte de magia, pero en plan siniestro. Es una “antipolítica”, dice Étienne Tassin[1].

Es por eso también que resulta tan difícil contar una desaparición; es difícil contarla en el sentido de narrarla, de explicar eso que nunca debiera haber sucedido porque es antinatural con respecto a nuestra existencia moderna y, por lo tanto, también de contarla en sentido de contabilizarla, de generar una cifra certera. Roberto González Villarreal dice que “la desaparición forzada no es un dato, es un logro”. Es un logro porque contar una desaparición, denunciarla y hacerla dato desde ahí, es revertir la antipolítica de la técnica represiva que la produjo y ello es posible a partir de la lucha de quienes sufren la pérdida de una desaparición y la denuncian porque al hacerlo evitan el éxito de una desaparición en su forma más acabada, que consiste en que nada se sepa.

De ahí parte Roberto González Villarreal en La desaparición forzada en México. De la represión a la rentabilidad (Editorial Terracota, Ciudad de México, 2022, 522 páginas), que es de lo que quiero hablar en este espacio. Ya conocíamos de Roberto una Historia de la desaparición. Nacimiento de una tecnología represiva (Terracota, 2012). Y la conocíamos muy bien en Académicxs 43 porque en 2015 lo invitamos a Monterrey a presentarla. Nos sedujo su forma de abordar el problema, anclado en grandes estructuras explicativas, pero tratado con la minuciosidad atenta al detalle y respetuosa del dato. En Historia de la desaparición, Roberto se mete en las fauces de este delito para explicarlo como tecnología represiva. Lo hace con los datos generados a partir de la larga historia de lucha del Comité Eureka, es decir, con las desapariciones de los años 70, y nos dice que, ya desde entonces, denunciar, registrar, presentar cargos por una desaparición es una lucha, una guerra entre la pulsión de memoria de quien busca y la propia técnica represiva que hace desaparecer. A esa historia de la represión de la movilización política y a esa lucha por la memoria de aquellos años le da continuidad ahora en La desaparición forzada en México… Es una historia larga; larga no solo por las más de quinientas páginas llenas de datos y de análisis sagaces que componen el libro. También es larga porque son muchos los años que la lacra de la desaparición corroe especialmente a este país. De tan larga, esa historia ya admite periodización, ya permite hablar de pasado y de presente y de jalonar ese trayecto de 50 años con inflexiones, matices y cortes. 

Es ya un lugar común que cuando se habla del fenómeno de las desapariciones en México se distingan aquéllas de éstas, las de los años 70 de las que son hoy noticias. Aunque seguramente es igual de dolorosa y desasosegante para quien busca, es clara y fácil la distinción para quien analiza el problema: entonces eran opositores políticos las víctimas y agentes estatales, sin mediación, los victimarios; hoy es más o menos cualquiera quien es vulnerable a una desaparición y no cualquiera, pero no sola, ni clara, ni directamente estatal el victimario.

Frente a esta explicación de perogrullo, González Villarreal ofrece su medio millar de páginas para dar detalles y matices, para poner fechas precisas, indicar inflexiones, cambios y continuidades en las modalidades, en los móviles y en las configuraciones estructurales que permiten entender unas y otras desapariciones, es decir, de eso que el autor denomina, precisa con conceptos propios, como “campo de lo reprimible” y “mofodinámica de la desaparición” que van modificando según cada época histórica “las fases de la desaparición” que son reconocibles a partir del primer registro de una desaparición, la de Epifanio Avilés Rojas en 1969: identificación; búsqueda; aprehensión; detención y desaparición.

De la página 25 de La desaparición forzada en México

En La desaparición forzada en México, se van analizando las modificaciones en cada una de estas fases a partir de la distinción de dos ondas largas, con sus recorridos y periodizaciones internas. En la primera, que se inicia en ese año de 1969 y llega hasta 1992, desaparecen aquellas personas que representan un riesgo para el gobierno que ocupa el Estado, para el régimen, generalmente, personas con una identidad política de izquierdas, militantes… En la segunda onda larga, que se extiende de 1993 a la actualidad, el campo y la morfología se complejizan: las desapariciones se hacen masivas, se extienden por todo el territorio, se modifican las técnicas desaparecedoras y las víctimas se anonimizan en comparación con la identidad política de las que le preceden. Es la era de los levantones y de la feminización de las desapariciones, con Ciudad Juárez a la cabeza: la violencia de género y los negocios criminales son las señas distintivas de los nuevos campos de las desapariciones.

La historia de la desaparición es larga y cambiante; la lucha por la aparición también es larga, pero constante, como su consigna, que acompaña a cada una de las obras de Roberto González Villarreal: “Vivos de los llevaron, vivos los queremos”.

27 de junio de 2023

ignacio.irazuzta@gmail.com


[1]            Varias deudas intelectuales debo reconocer en lo dicho en este párrafo. Sobre el carácter antipolítico de la desaparición en las sociedades liberales, Tassin, É. (2017). «La desaparición en las sociedades liberales” in Gabriel Gatti, (ed.) Desapariciones. Usos locales, circulaciones globales, Bogotá: Siglo del Hombre y Universidad de los Andes. Sobre la desaparición como una técnica de separación del cuerpo y el nombre, Gatti, G. (2008). El detenidodesaparecido. Narrativas posibles para una catástrofe de la identidad. MontevideoEdiciones TrilceSobre ambas cosas, Irazuzta, I., Perez Blanes, J. y Rodríguez Maeso, S. (2019). “Políticas de aparición/desaparición”, Oñati Socio-legal Series, Vol 9

Ilustración de portada: Verónica Martínez, de la guía «Hagamos más ruido» de Netflix de la película Ruido, de Natalia Beristain

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