Hace dos semanas, el encabezado de una nota periodística me causó profundo malestar: “Los trabajadores del INAH no tenemos nada que festejar” y la nota de El Universal seguía: “… son 80 años del Instituto Nacional de Antropología e Historia, años de labor, de investigación, difusión y conservación del patrimonio cultural, 80 años de trabajo, pero no tenemos nada que celebrar, tenemos más de 30 años de trabajo precario”. Estas declaraciones fueran hechas el 3 de febrero pasado, día que se conmemoraba la fundación del INAH, cuando un grupo de profesores investigadores protestaban frente al Museo Nacional de Antropología por las difíciles condiciones laborales bajo las cuales han trabajado en el INAH y por las nuevas condiciones mucho más adversas que ahora les imponen si quieren trabajar.1
Mi malestar tenía un origen ambiguo: Desde hace ya varias décadas soy investigadora de base del Instituto y creo firmemente que las contribuciones del INAH al conocimiento científico de nuestro pasado y presente son invaluables. Sin el trabajo de sus especialistas no existirían ninguno de los sitios arqueológicos que ahora recorremos ni muchos de los museos en los que se conserva y difunde parte importante de nuestro patrimonio cultural; tampoco se mantendrían en pie miles de monumentos y construcciones civiles y religiosas que el INAH ha protegido; por último, sin el trabajo de sus investigadores: arqueólogos, antropólogos, etnólogos, lingüistas e historiadores, nuestro conocimiento de las culturas originarias y de la realidad histórica y cultural de México sería sumamente pobre. Entiendo, sin embargo, el sentimiento que hoy embarga a mis compañeros profesores investigadores temporales del INAH a quienes se les ha negado el derecho a condiciones dignas de contratación y de trabajo, y comprendo muy bien que hayan preferido manifestarse y salir a protestar en lugar de participar en los deslucidos festejos conmemorativos del INAH.
La inconformidad de los trabajadores temporales del INAH ha ido en aumento. En la Escuela Nacional de Antropología e Historia a mediados de los años 80 un grupo de profesores de asignatura (hora-semana-mes) intentó resolver sin éxito conocido su precaria situación laboral y años más tarde, a raíz del movimiento #Yosoy132 al que se unieron los académicos de la ENAH, se organizó la Coalición de Profesores de Asignatura de la Escuela Nacional de Antropología e Historia que ya desde entonces (2014) exigía la basificación a los profesores de asignatura y entre otras demandas, el reconocimiento de su antigüedad laboral y la homologación de sus salarios. Hoy, esta Coalición forma parte del Sindicato Independiente de la Secretaría de Cultura (uno de los 12 sindicatos registrados) y ha incluido entre sus agremiados a los asistentes de investigación.2
En el INAH existen otros movimientos de trabajadores contratados, entre ellos varios de profesores-investigadores que buscan terminar con las condiciones de precariedad en que se encuentran y la supresión de los pagos por capítulo 3000, una modalidad impuesta por la Secretaría de Hacienda desde 2016 por la cual los investigadores temporales se convierten en “prestadores de servicio” que cobran por honorarios sin derecho a ninguna prestación ni a seguridad en el empleo. Entre los más destacados se encuentran la Coalición de Trabajadores Subcontratados y de Contrato del INAH y del INBAL y el Movimiento 26 de Julio de los Profesores de investigación científica y docencia contratados del INAH.3
Manifiesto de la Coalición de trabajadores subcontratados y de contrato del INAH
Los profesores-investigadores trabajadores sindicalizados del INAH estamos conscientes del importante trabajo que realizan los contratados temporales; sin ellos no podríamos cumplir ninguna de las funciones que por Ley nos competen. En el INAH trabajamos 880 investigadores que laboran en 78 centros de trabajo localizados en 32 estados de la República. En contraste, existen entre 1200 y 1700 trabajadores temporales que participan en poco más de 400 proyectos de investigación y realizan múltiples tareas. ¿Cómo podrían 350 arqueólogos investigadores de base atender y estudiar los 192 sitios arqueológicos registrados en nuestro país y las 45 mil zonas registradas? ¿Cómo podrían 300 antropólogos estudiar los 56 grupos etnolingüisticos que existen en México y analizar la complejidad de la vida social en los barrios, pueblos, ciudades? ¿Serán suficientes 174 historiadores para investigar nuestra historia?4
Presentación del Manifiesto del Movimiento 26 de Julio
A 80 años de la fundación del INAH el futuro de la Institución enfrenta numerosos retos. Uno de los más importantes es resolver la precaria situación en que se encuentra la mayoría de sus investigadores que no difiere de la que viven muchos otros académicos de nuestro país. Es previsible entonces que las movilizaciones de profesores-investigadores del INAH y de los académicos de las universidades y centros de investigación de nuestro país vayan en aumento y que sea necesario participar activamente en la solución de los problemas que nos afectan. La lucha habrá de librarse en varios frentes. En México existe un antiintelectualismo muchas veces despiadado que se basa sobre todo en el desconocimiento de lo que realmente hacemos los académicos y de la utilidad del conocimiento que generamos. Se piensa que los científicos e intelectuales viven alejados del mundo y de la sociedad, y que tienen condiciones privilegiadas de vida y de trabajo. Sin embargo, el deterioro físico de nuestras instituciones y las experiencias cada vez más numerosas de precariedad de la vida académica nos obligan a combatir los prejuicios existentes sobre nuestra condición y nuestras actividades, y lo más importante, a reconocernos y hacernos reconocer como trabajadores al luchar por nuestras propias reivindicaciones laborales y sindicales, y al defender nuestra materia de trabajo y su uso social.
18 de febrero de 2019
2. Manifiesto y Pliego Petitorio de la Coalición de Profesores de Asignatura de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Frecuencia Laboral, Año 8, Num.429, 2 al 8 de marzo de 2014.
3. Manifiesto del Movimiento 26 de Julio de los Profesores de Investigación Científica y Docencia contratados del INAH, 24 de julio de 2018.
4. Los datos aparecen en el “Análisis de la base de datos de los investigadores del Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH”, Comité Ejecutivo 2017-2019, ponencia presentada en el II Encuentro de Investigadores del INAH, La Trinidad, Tlaxcala, octubre 2018. Agradezco a Efraín Flores el haberme proporcionado tan valioso estudio. Véase también el Manifiesto del Movimiento 26 de julio arriba citado.
Imagen de portada: Protesta en el Museo Nacional de Antropología, 3 de febrero de 2019. Foto: Luis Cortés
Está muy interesante, ojalá mucha gente lo leyera y se enterara de la gran importancia que tiene el INAH
Me gustaMe gusta