Marshall, Texas, 13 de enero de 2018. Hace un año, exactamente el 10 de enero de 2017, BuzzFeed publicó los memoranda producidos por el ex espía inglés Christopher Steele, quien entre mayo-junio de 2016 fuera subcontratado por Fusión GPS para investigar las relaciones entre la campaña presidencial de Donald Trump y Rusia.
Dichos memoranda surgidos de lo que se conoce como inteligencia o información humana son producto de entrevistas con distintas personas cuya identidad se mantiene en el anonimato. Por ello es que este tipo de información no sirve como evidencia en la Corte, pero para las agencias de investigación como Fusion GPS ayuda a tomar decisiones y a tratar de entender lo que está pasando en cuanto al curso de una investigación.
A lo largo de los distintos memoranda contenidos en el Dossier, se asegura que Rusia tenía en su poder distintas grabaciones que exponían la conducta amoral de Donald Trump y que este estaba siendo chantajeado por ello. Igualmente se relata que Rusia contaba con un aparato de cyber espionaje que monitoreaba a los gobiernos occidentales, empresas internacionales, especialmente bancos, a la élite rusa y a oponentes políticos tanto en casa como en el extranjero. En el tercer memorándum, por ejemplo, se denunciaba una conspiración entre los miembros de la campaña presidencial de Trump y el Kremlin. Se afirmaba que el Kremlin estaba detrás de la filtración a WikiLeaks de los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata y que la motivación de Putin para participar en esta confabulación era su odio y temor hacia Hillary Clinton. Steele aseguraba que Paul Manafort[1] y Carter Page eran los intermediarios entre la campaña de Trump y los rusos.
A casi un año de iniciarse las investigaciones de la posible confabulación entre los miembros de la campaña presidencial de Trump y los rusos, el pasado 4 de enero de 2018, los senadores republicanos Chuck Grassley (Iowa) y Lindsey Graham (Carolina del Sur), miembros del Comité de Inteligencia del Senado, solicitaron al Departamento de Justicia y al FBI investigar al autor del Dossier Christopher Steele por haber proporcionado información falsa a los investigadores .
Ante esta solicitud de los senadores, el pasado martes 9 de enero de 2018, la senadora demócrata por el estado de California y miembro del mismo comité de inteligencia, Dianne Feinstein, decidió hacer pública la entrevista sostenida con Glenn Simpson director de Fusion GPS. La entrevista con el Senado se realizó el 22 agosto de 2017 y la transcripción de las 10 horas que duró dicha entrevista es de acceso libre.
Fusion GPS es una firma dedicada a la investigación de crímenes financieros, lavado de dinero, fraude, evasión de impuestos y diseño de estrategias y consultoría. Aunque no está confirmado por Fusion GPS, la prensa norteamericana ha venido manejando que The Washington Free Beacon, un sitio de noticias conservadoras, contrató inicialmente a Fusion GPS para investigar a los candidatos republicanos a las elecciones primarias. Luego, ya siendo Donald Trump candidato oficial del Partido Republicano, se presume que una firma legal que representaba a Hillary Clinton y al Comité Nacional Demócrata lo contrató para continuar con el trabajo que resultó en el Dossier.
De acuerdo con el testimonio del señor Simpson, su firma, Fusion GPS, fue contratada para investigar a Donald Trump, sus negocios, bancarrotas y relaciones con criminales. Dicha investigación inició a principios de septiembre u octubre de 2015. Fusion GPS primero recolectó todos los libros acerca de Donald Trump. Para su sorpresa, había muchos que describían sus divorcios, sus casinos, sus tratos con la mafia y sindicatos. Entre los primeros hallazgos de la investigación, hay referencias de la relación de Trump con el crimen organizado italiano y ruso, en particular con un tipo llamado Feliz Sater (transcripción de la entrevista al Senado, pp. 69-70).
También se investigó el origen de sus dineros, en especial si realmente era tan rico como lo presumía. Esto a raíz de que Trump demandó a un periodista (Tim O’Brien) porque el periodista afirmó que la fortuna de Trump no era tan cuantiosa como Trump afirmaba. Se investigaron sus campos de golf y sus bancarrotas. Simpson se pregunta que cómo era posible que un tipo que se ha declarado tantas veces en bancarrota posea billones de dólares en bienes. Igualmente encontró que Trump declaraba en sus impuestos no haber hecho mucho dinero y que sus propiedades no valían tanto (pp. 71-72).
Podría decirse que el Dossier presenta datos crudos, mientras que la comparecencia voluntaria de Simpson ante el Comité Judicial del Senado es la interpretación de dichos datos y un recuento de los hechos cotejando la información del Dossier y la conducta y acciones de los implicados, tanto de los investigadores como de los investigados. Así, relata que C. Steele contactó al FBI para alertarlos de que posiblemente se estaba cometiendo un crimen en relación con las elecciones. Steele temía que un candidato a la presidencia estuviera siendo chantajeado, mientras que Simpson pensaba que se estaba desarrollando una confabulación en clara violación de las leyes de campaña (cf. pp. 159-160).
Conforme avanzaba el verano, el hackeo y los esfuerzos de los rusos de intervenir en la elección se tornaba preocupante. Además, los miembros de la campaña de Trump estaban haciendo cosas que parecían favorecer a los rusos, como el viaje a Moscú del consejero de campaña Carter Page quien dio una conferencia acerca de levantar sanciones, o Trump afirmando que Putin era un gran tipo.
Steele volvió a contactar al FBI después de que su entonces director James Comey enviara una carta al Senado comunicándoles que reabriría la investigación de los correos de Hillary Clinton a escasos diez días de efectuarse las elecciones. Esto, por supuesto, creó la preocupación de que el FBI estuviera interviniendo en la campaña electoral desafiando una norma que establece claramente no hacerlo. Ante la pregunta de si el FBI estaba investigando a Trump, estos afirmaron que sí pero que no habían encontrado nada.
Fusion GPS encontró que para la construcción del hotel Trump-Soho, Trump estuvo asociado con dos personalidades relacionadas con el crimen organizado. Uno era Felix Sater y el otro Arif Tevfik (un criminal de Asia Central quien fue arrestado por prostitución infantil) (p. 298). En cuanto a sus campos de golf, se encontró que algunos de ellos no producen ningún dinero y los avalúos de sus propiedades eran cuestionables. De acuerdo con Rachel Meddow, Fusion GPS sigue investigando posible ligas entre la campaña de Trump y Rusia. Mientras tanto, los esfuerzos de los republicanos por desacreditar las investigaciones de Fusion GPS y el Dossier del Señor Acero continúan.
[1] Desde finales de octubre del año pasado, Paul Manafort está bajo arresto domiciliario y esperando juicio acusado por el fiscal especial Robert Mueller de conspiración en contra de los Estados Unidos y lavado de dinero, entre otros cargos.
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